¡ME VOY DEL INFIERNO!
Una
noche, el diablo salió a tirar la basura y olvidó cerrar la puerta. Un
diablillo travieso que revoloteaba por allí, lo vio y se escapó. Tenía tanta
curiosidad por ver qué había fuera del infierno que salió pitando.
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Con lo grande que es el mundo… ¡y el diablillo tuvo
que venir a parar a mi pueblo!
Nadie
entendía lo que estaba pasando. Mi vecina encontraba su coche cada mañana con
las ruedas hacia arriba, mi abuela notó que alguien hacía pis en sus macetas y
plantas, en las piscinas había renacuajos y ranas,… ¡qué asco! Los agricultores
estaban desesperados, algún briboncillo se comía la fruta y pisoteaba lo
sembrado, los cerdos, caballos y gallinas andaban por sus anchas por las calles
y en el colegio… ¡todo estaba patas arriba!
Por fin,
el alcalde se puso manos a la obra y decidió atrapar al culpable de aquel
caos. Llamó al ejército y un gran
batallón vigiló el pueblo hasta que una noche vieron que algo se movía en una
rama del árbol que hay al lado de la fuente de la plaza de España. Pensaron que
sería una lechuza pero… se quedaron boquiabiertos al ver que era un diablillo.
Lo atraparon con una red y él se disculpó por todas las travesuras que había
hecho. Lo mandaron de vuelta al infierno.
Como buen diablillo… había hecho…
¡pequeñas diabluras!
FIN
3ºB