lunes, 2 de diciembre de 2013

Cuento de la clase de 4º A



CUENTO DE LA CLASE DE 4º A

C.E.I.P “LA CRUZ”

 Una bruja horriblemente guapa

       Érase una vez un bosque encantado donde vivía una familia de brujas. Todas  eran feísimas, incluso las niñas. Pero un día nació una  brujita horriblemente guapa, de nombre Serafina.
          Sus padres estaban muy contentos porque tenían una hija que no parecía  una bruja verdadera, era muy guapa. Sus tías se quedaron sorprendidas.
          Un día empezó a ir al colegio y nadie la quería, ni siquiera la maestra. Entonces decidió tomarse una poción mágica para ser fea. Buscó en “ El gran libro de las brujas”. Encontró un pequeño apartado en el que ponía: “El mejor brujo de todos se encuentra en Villamuerte, visitas de 4:00 a 20:00 horas”.
          Cuando llegó a Villamuerte y encontró la dirección, tocó a la puerta y salió el Gran Brujo.
          Era un brujo muy alto y feo. Invitó a Serafina a entrar en la casa. Estuvieron hablando y al cabo de unas horas se dirigió a Serafina y le entregó un frasco. En él se podía leer:
 “Porque una bruja,
 guapa NO tiene que ser.
Esta poción mágica has de beber”.
           Bebió el primer trago se empezó a sentir extraña. El brujo alto y feo le dijo:
Mírate al espejo y verás un rostro feo.

Cuando Serafina se miró al espejo y vio que era muy fea, igual que
todas sus amigas, se la bebió entera. Se puso muy contenta porque pensaba que, tanto sus amigas como la maestra, la iban a querer.
          De repente…. se le abultó la cara y…. se hizo más guapa que antes.
El mago no lo entendía. Serafina se puso triste, agachó la cabeza, cogió su escoba y se fue volando. Al tener la cabeza hacia abajo no veía bien y no aterrizó en su bosque. Cuando la escoba no pudo más, aterrizó en Dúrcal (Granada), muy lejos de sus fronteras.
          Serafina no sabía a dónde ir. En ese momento se encontró a una bruja tan guapa como ella. Le dijo que también se había perdido. Entonces las dos buscaron un sitio donde pasar la noche. Se alojaron en un árbol que había por allí.
 A la mañana siguiente vieron a una niña que les indicó el camino. Anduvieron y anduvieron durante todo un día pero no salieron de Dúrcal. Las dos brujitas se fueron a la Iglesia. Cuando sonaron las campanas todo retumbó. Asustadas salieron despavoridas y llegaron al Parque de la Estación. Hicieron un breve descanso y continuaron su huída hasta que llegaron al Puente de Lata, ¡qué vértigo!,  ¡es peor que ir en la escoba!. Siguieron a pie hasta que una vieja bruja les indicó el camino hasta su casa.
Allí, algo más tranquilas, se dieron cuenta de que lo más importante no era ser fea o guapa, si no ser buena. Entonces todas las brujas, por muy feas o guapas que fueran comprendieron el significado de la BELLEZA y de la BONDAD.
         

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